El blog de Elisa Bayo

Fumarreando…

Posted in Historias del 2011 by Elisa Bayo on 3 enero 2011

Mi abuela Valentina siempre ha sido muy liberal. Tiene 97 años y aunque la mayoría del tiempo ni nos reconoce, estas Navidades nos ha dejado pasmados al entonar «Cuando un corneta te hable de amor, dile al momento, dile que no…» (milagros de estas fechas) que digo yo que será una canción de advertencia a las novias de los mozos que se iban a mili.

De joven, a la Valentina* le gustaban los pantalones (la mejor ropa para acarrear y para bajar al huerto) y disfrazarse. Y tuvo el valor, en aquellos entonces, de romper con «el apaño» que le había preparado su madre para casarse, después de que le mataran en la guerra al que ella quería. Dicen mis tías y mi madre que le espetó una frase a su propia madre en plan «si quiere usté pollos, eche la gallina llueca, pero para usté, porque yo con ése no me caso».

La cosa no quedó ahí, porque a continuación se atrevió a pedir en matrimonio a quien a ella verdaderamente le gustaba, un resinero (y mi futuro abuelo), Epifanio. Con un par…

Y aunque suene a tópico, sí, ha sido una adelantada a su tiempo. Y no a un tiempo cualquiera, sino al de un pueblo donde, como en todos, el horno de cocer el pan se subastaba y el que no sembraba, no comía.

A ella siempre le ha parecido muy bien que las mujeres no dependieran de nadie y que tuvieran muchos novios. Pero ha habido dos cosas que a mi abuela no le han gustado ver en una mujer:  que fumara y que se pintara las uñas de los pies. «Eso queda muy feo en una mujer», nos solía decir con desprecio.

Mi abuela me recuerda a las uvas pasas de las ganchas tintas que ella colgaba al fresco en la cámara de su casa. Hace ya una década y pico que no se tiñe el pelo, desde que se rompió la cadera, la primera vez. Así que se ha quedado como una uva arrugada, pero de color blanco.

Lo que me habría gustado, tal día como hoy, haber entrado al bar con ella, y habernos echado un cigarro. Menudas toses fumarreando…

*En Villalba, a los nombres femeninos les ponemos el artículo delante «la», pero a los masculinos no. Así, decimos la Valentina, la María y la Laura. Sin embargo, decimos Epifanio, Miguel y Regino.

6 respuestas

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  1. yolanda said, on 9 febrero 2011 at 10:55

    Muy buen relato de nuestra abuela, como ella hay pocas, una mujer moderna para su tiempo. y eso que no has contado cuando la denunciaron en carnavales por disfrazarse (cuando estaba prohibido) siempre los ha tenido muy gordos… La abuela puede estar muy orgullosa de su nieta Elisa, que eres una mujer independiente y no fumas!!! jejeje!!!

  2. abelardo said, on 5 febrero 2011 at 19:23

    Me encantan tus relatos desde que te comencé a leer en Crónicas de Cuenca. Luego, cuando aquella aventura concluyó, perdí tu rastro. Ahora procuraré leerte asiduamente.Tus escritos tienen una frescura que da gusto leerlos, sin duda porque llevan autenticidad desde que te pones a escribir. ¡Muy bien, Elisa!

  3. T JAVIER said, on 4 febrero 2011 at 20:44

    a mí siempre me pareció lo mismo: Fumar y las uñas de los pies pintadas no es propio de damas. Claro, luego siempre he salido con fumadoras… Eso sí con las uñas de los pies impolutas. PRECIOSO RELATO

  4. Ana said, on 28 enero 2011 at 4:26

    Ea! que casi me emociono con un texto de la ley antitabaco, si esque desde lo del auditorio me dejaste de un blando…que como diria la abuela: Ya os vais enmendando, putas de mierda! (no queda fino, pero es la frase que mas me gusta junto con la de «no os arrimís a la pegueeeeeeeeeeeera)

    Un beso grande.

  5. Mari Carmen said, on 23 enero 2011 at 14:08

    Qué relato más chulo!!!.. ya me habías hablado de tu abuela, pero aquí está muy bien «retratá». Me encanta la historia

  6. rosi said, on 8 enero 2011 at 23:09

    valentina mola, tu abuela y el nombre. muac


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